jueves, 19 de febrero de 2009

La belleza de la telebasura. Parte 3

Esta es la última.

Siempre es jugoso oír la voz de algún pobre individuo que retrate su vida en pocas palabras: “No me quejo. Soy mayor, pobre y en paro, pero por lo demás, bien, ¿no?” Era la reflexión de un pobre tipejo sentado en la silla de El juego de tu vida, en la que la misma presentadora de dientes de conejo, aquella que durante un tiempo hizo A tu lado, siempre en Telecinco (Berlusca’s tv), le hizo preguntas del tipo: ¿Te has masturbado alguna vez pensando en que tu perro te lamía tus partes? ¡Eso es verdad! La voz en off de la señorita que dice ¡Eso es verdad! es de lo mejor que hay en la telebasura de hoy en día. Ese es un programa que no esconde la basura, al contrario: la lanza explícitamente tanto gracias al individuo que vaya a perder su honor como al público (nosotros) que vemos dicho programa. Unas dos o tres veces lo he mirado, y por una parte he sentido indignación natural, aunque por la otra diversión. Porque el programa buscaba divertir a costa de las desgracias ajenas y si somos sádicos y cabrones lo veremos y nos lo pasaremos bien. Punto. Así es la telebasura, ¡viva la telebasura! Otro ejemplo de telebasura era aquella serie llamada Los Serrano. Confieso que una vez miré un capítulo: no me gustó nada. Sin embargo era líder en el prime time cuando se emitía. El personaje del mecánico dijo, en un diálogo, más de veinte “joder” o “coño”; este dato lo recogió el CAC, que pidió explicaciones a Telecinco (gurú de la trash-tv); el brazo de Mediaset en España argumentó que el mecánico de la serie era como cualquier mecánico normal, así que cualquier mecánico normal lanza más de 4000 “joder” o “coño” al día. No hubo enfado por parte de los mecánicos, que ni se manifestaron (algo raro porque en los últimos años siempre hay algo contra qué manifestarse cada día), y el CAC tuvo que resignarse a ver cómo aquella serie siguió emitiéndose por un año más, hasta que el mismo argumento la mató.

Lo que quiero decir es que cuanta más telebasura emitas, más audiencia, y más patrocinadores, y finalmente más dinero. Así va la cosa. Aunque, atención: debe ser tele bien hecha. Si quieres ver series de culto, hazte de Digital+ y listos. Pero no critiques a la telebasura o a una tele por emitir telebasura. Hasta TV3 necesita cierta telebasura para salir de algunos baches: la recicla en APM?, o la emite a lo light en programas como Els matins o El club (a veces puedes ver personajes del esperpento nacional también con Cuní o con Om). Y si hablamos de TVE… ¿Creéis que la Carrà actual es signo de buena tele? ¿O ver a la Obregón y otros famosetes bailar? ¿O los sucesos de Gente? Pues ya está. No critiquemos a la telebasura, sino solamente a aquella mal hecha, mal preparada, mal encetada. ¡Viva la buena telebasura!

Porque lo mejor de todos estos párrafos que he escrito es que no he llegado a entender qué es de verdad la telebasura. Es la lógica de lo ilógico, es tan abstracto como imbécil, tan profundo como estúpido, tan simple como complejo. Saber lidiar con Aramís Fuster, el padre Apeles, la Veneno, el Pozí, el Francés, el Risitas –y todos en el mismo plató–, no es tarea fácil; hay un trabajo previo, exhaustivo y duro. Son egos extravagantes que harán las delicias de nuestros ojos. Porque detrás de las desgracias humanas que nos entrega la telebasura, vemos la belleza de nuestros fracasos como sociedad. La trash-tv nos da una oportunidad, así que lo mejor será no criticarla nunca más, sino admirarla y respetarla, porque así nos toleraremos más y buscaremos ideas para ser más libres e iguales. La telebasura nos da la oportunidad de “ser mejor persona”.

Fin.

Como último video he decidido poner uno con la mítica (o el mítico, según se mire…) Carmen de Mairena.

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