lunes, 9 de febrero de 2009

La belleza de la telebasura. Parte 1

Muchas veces he escuchado por la calle, en casa, por parte de amigos, conocidos, en la tele, en la radio, en clase… que la televisión actual está hecha de telebasura, y algo más que resulta ser verdaderamente interesante. Pues yo estoy hasta los cataplines de escuchar tales difamaciones. La telebasura es televisión, digan lo que digan. Y si se emite es porque, al fin y al cabo, la gente la mira y luego habla de ella incluso criticándola. Porque mirando a la telebasura vemos lo absurdo, la profundidad de filosofías sin sentido y muñecos que tal vez fueron seres humanos.

La telebasura es ante todo televisión comercial. Hoy en día la tele es algo que se vende y se compra, es una empresa: se anuncian unos contenidos y si estos tienen audiencia es que el producto vende; si pones a la Carmen de Mairena durante cinco minutos cantando con la Pantoja de Puerto Rico y luego pones una camada de hipopótamos bostezando, nosotros compraremos a los dos primeros ejemplos de animal, no a los segundos. Quiero dejar claro que todo el mundo, en algún momento de sus respetables vidas, ha sentido simpatía por la tele comercial, la normal y corriente, la de la clase media, la de los frikis, el cotilleo, los gritos, los abucheos, el populismo, la chulería, la prepotencia, la arrogancia, los insultos, los lloros –todo ese mundo que busca rallar lo inmoral con lo ético, que nos pone a prueba. ¡La telebasura nos pone a prueba! Se critica la Biblia de la telebasura, esto es, Gran Hermano, ¡y es líder de audiencia durante su franja horaria! Críticos como Monegal se pregunta: ¿por qué? Sencillo: la Milà nos vende un circo de seres que durante un tiempo pierden su dignidad, honor y orgullo por jolgorio de los espectadores, la gran mayoría de ellos sacados de la clase media.

Y mira por donde la clase media española es de las más catetas de Europa, aunque menos que la griega (eso lo dicen los ingleses y la encuesta repelente PISA). Por tanto, si la idiotez nos mantiene, ¿por qué no regodearnos en ella? Ésa es la belleza de la telebasura: que es un espejo de nuestra terrible verdad, cuyos parámetros son el fin del universo del conocimiento. ¡Crónicas Marcianas fue el late-night más visto del país durante casi diez años! Y muchos lo criticaban, pero siempre fue líder de audiencia. La telebasura es el espejo de nuestra corrupción, sí, pero también del poder del pueblo: si la mayoría prefiere ver al dúo Mairena-Pantoja de Puerto Rico, los ultrainteligentes (léase intelectuales) deberán aguantarse.

La telebasura no tiene la culpa. Es simple y llanamente un show que nos refleja quiénes y cómo somos. Yo amo a la telebasura porque veo en ella mi sadismo y mi crueldad: ¡ver cómo una persona discapacitada con enanismo es humillada ante millones de personas no tiene precio! ¡Viva la trash-tv y la madre que la parió! O sea, nosotros. Yo amo a la telebasura porque miro en ella lo que mi país es: sus logros y sus fracasos (por ejemplo, el mileurismo) y sus ilusiones y sus esperanzas. ¡En La Noria sale Pilar Rahola! Y es vilipendiada por salir en ese tipo de programa. Pues gracias a eso gana mucho más dinero y es mucho más conocida, a costa de su honor, claro está. Aunque, ¿nos importa verdaderamente? Si Pilar Rahola prefiere perder parte de su honor, como dicen algunos que he escuchado, es porque o lo aguanta o no le importa un pito. Si hasta Josep Cuní ha visto en ella un filón para su programa matutino: el rato que está con la Rahola a lo Escenas de matrimonio es de lo mejor de su programa. Y lo mejor de todo es que cuando son satirizados, la Rahola entra en el Olimpo de la tele y la telebasura. Aguantar a ese tipo de personajes es uno de los logros de la clase media española: respeto y tolerancia. ¡Viva la telebasura!

Continuará.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué artículo más raro! A mi me encanta Pilar Rahola, especialmente en la Vanguardia, y cuando sale en La Noria, que sale muy poco (creo que se negó a estar con según quien, según explicó en lo de Julia Otero), lo hace muy bien. Creo que mezclas conceptos. Para nada es telebasura de lo Cuni y Rahola, es un duelo inteligente y brillante. No sé. Es un lío de artículo.

Anónimo dijo...

Me sorprende que consideres que Pilar Rahola pierde credibilidad en La Noria, cuando no va nunca, y no la pierda María Antonia Iglesias o Isabel Durán, que van cada semana y han estado en todo tipo de debates. Sorprende. No tendrás fijación por Pilar?

Massimo dijo...

La verdad es que sí, es un artículo raro, raro, raro... Os agradezco que os hayáis pasado por aquí, así como vuestros comentarios.
A Pablo: como leerás en las siguientes partes de este post (las iré poniendo durante las semanas venideras) no critico a la telebasura, sino que la admiro. Es más, me gusta. Las técnicas de trash-tv, o telebasura, o telescombreria... han rebasado transversalmente a aquellos programas clasificados como tal, y creo que Cuní ha aprendido de ellos, conviertiendo su programa matinal en un referente.
A Luis: tienes razón, la Iglesias y la Durán pasan más veces por La Noria, pero la Rahola ha sido el ejemplo que he pillado, porque es catalana (de ideología progresista, independentista y a veces muy critica con la telebasura) y por tanto porque la tengo más cerca. Ah, y no, no tengo una fijación con ella; pienso que habla muy bien (y no es coña).
¡Gracias a los dos!

Revolta dijo...

La tele brossa és el reflex de la societat de consum...

Que més millor que una serie de culte tipo Prison Brake, per passar l'estoneta d'abans d'anar a dormir...

Visca la Sexta, i visca TV3!;)

La tele no té la culpa sinó les mans que agafen el comandament.

Revolta

Anónimo dijo...

Mi sorprende, molto, la tua incredibile ode alla "telebasura". La societá è decadente...perchè anche io, te o qualsiasi persona con un pochino di cervello devono stare al gioco?
IO NON CI STO!
Preferisco emozionarmi con Lost, ridere con Muchachada Nui, riflettere con L'hora del lector, passare un pó di tempo con qualche quiz televisivo, guardare una partita di calcio e ascoltare discorsi effimeri sul mondo...ma...guardare due escrementi della societá insultarsi, no! eh no...dai!
Non capisco ancora cosa provi. Per vedere la decadenza... non ti basta passeggiare per la cittá? andare in qualche discoteca? entrare in qualche negozio? SIAMO CIRCONDATI DALLA "BASURA". Voglio dire, almeno, a casa mia, sul mio divano, voglio godere di quel poco di decenza che ancora rimane.

Anónimo dijo...

Victor!!!..

Me gusto tu artículo sobre la telebasura y te explicaré el por qué.

Yo soy una persona de izquierdas que ama las radio más conservadoras. ¿Por qué? Por el simple hecho que sacan lo peor de mí. Alguien se tiene que comer mis insultos, no?

Con respecto a la telebasura, yo comprendo tu postura, pero no la puedo compartir porque me avergüenza. Como estos señores no me representan, simplemente no los veo.

Cierto es que las radios conservadoras tampoco me representan, la diferencia está en que yo lo hago para aprender nuevas cosas que ya sé que jamás reproduciré en la vida.

Sigue así, Victor!


Un saludo.

Me despido con una frase para pensar:
*+* Al Fín Va A Decir La Verdad El Que Escribe Los Diarios, Al Fín Van A Dejar De Rezar A La Televisión..´.*+*