lunes, 12 de julio de 2010

La pelota onírica


Ya ha terminado el torneo Copa del Mundo de Fútbol de la FIFA, este año 2010 organizada en Sudáfrica, y ganada justamente por la selección española.

¿Qué nota le pongo a este Mundial? Un triste seis. No porque el campeón no se lo haya merecido, sino por todo lo que el campeonato ha dado de sí, por su ruido de fondo, que ha “divertido” más a los espectadores (al fin y al cabo, un Mundial de soccer es, después de los JJOO, un enorme divertimento, show, espectáculo, tanto deportivo como televisivo) que no el fútbol sensu strictu. Me detengo en algunos pocos puntos.

Árbitros. Los grandes amigos del soccer, los árbitros, los cuatro colegiados que figuran en un match, los actores secundarios de todo filme futbolístico, han tenido un papel demasiado protagonista. Los árbitros, seres que a veces no parecen humanos por culpa de su tremenda humanidad a la hora de cometer errores (son los que, gracias a sus decisiones, ejecutan aquellas anécdotas que después los periodistas futboleros, más futboleros de taberna que periodistas, apuntan en sus dietarios y recuerdan por los decenios de los decenios a la gente normal futbolera), no se entienden porque la FIFA itself no los entiende, no puede entenderlos o simple y llanamente, no quiere comprenderlos. La FIFA debe tomar nota de los árbitros, debe profesionalizar esta profesión. Y debe acompañar a los árbitros en toda competición: no es justo cambiar a unos por otros después de sus errores, porque así se les humilla. Los árbitros (a los que les guardo respeto pero que no me gustan para nada) deben considerarse como una profesión tangible, necesaria, pero siempre secundaria, neutral, del deporte fútbol. La FIFA debe vigilar que ningún árbitro tenga aficiones por uno u otro equipo, algo harto difícil, pero que, si se trabaja en ello durante muchos años, podrá suceder. Hay que ser optimistas, hasta en lo que tiene que ver con los árbitros.

La Jabulani. Otra cagada de los Señores FIFA. Ya lo dijo el Diego: ¿por qué un grupo de viejos que no saben tocar una pelota de fútbol deben decidir sobre ello? Y yo pregunto: ¿no se han dado cuenta que la Jabulani, pelota onírica, parece más una pelota de esas que regala Nivea y que sirve solo para la playa? Pobres niños pobres de India, siempre complicándoles más la vida. Deberíamos tomar nota de esta pelota como una de las grandes burradas de los amigos Señores FIFA (tal vez comidos de olla por Adidas).

La FIFA. Una casta de viejos pseudoburocratas que pretenden tener demasiado poder en un deporte paradójico pero bestialmente amado como el fútbol. ¿Es que debe presidirla un suizo que no ha tenido jamás nada que ver con este deporte? Si los periodistas futboleros quieren hacerle un favor al lector, que investiguen el funcionamiento de toda federación de fútbol, empezando por la FIFA, la cual debe evolucionar, y mucho.

Francia. Un flop. Mis amigos franceses han sentido una humillación tremenda. Pero yo, como italiano, he reído mucho, hasta que la nazionale cayó…

Italia. Vergogna! Para todos: empezando por el capullo del presidente de la Federcalcio, ese tal Abete, hasta Marcello Lippi y sus friends (la azzurra era más un equipo de torneo de barrio que una selección con cuatro mundiales, representante de un país determinante, importante, relevante, en este deporte). A ver qué da de sí Prandelli… Italia puede presentar un fútbol tan resultadista que llega a ser hasta insultante, pero es un fútbol que, no nos engañemos, sigue la estela del lema imperecedero “El fin justifica los medios”. Es un eslogan que muchos utilizan, muchos realizan en tantos campos que incluso puede llegar a verse legitimado. El fútbol italiano, o la escuela italiana del fútbol, cuya mayor “perfección” es el famoso catenaccio (defender sin cesar, sin querer la pelota, sin dejar de cansar al rival, que la mueve y la mueve, hasta que, como una serpiente venenosa, se lancen uno o dos contraataques efectivos para desactivar all mismo rival), teorizado por un milanés en Suiza y a su vez perfeccionado por un portugués en Milán, la escuela italiana del soccer es una de las más utilizadas junto a la escuela inglesa (muy vertical, sin darle vida al centro del campo) y a la escuela holandesa (teorizadora del tiki-taka, y perfeccionada a tal punto por el FCBarcelona que su “perfección” podría denominarse escuela catalana de fútbol, la verdadera vencedora de este Mundial). La caída de Italia simboliza también la caducidad de su escuela futbolística, la cual debe evolucionar, tal vez bebiendo de las otras dos. Se dice que algunos clubs, el Milan a la cabeza, suspiran por tener a Josep Guardiola como comissario tecnico, ya que podría introducir la escuela holandesa, o por qué no la catalana, en un país que defiende como una característica de su nacionalidad su modelo de soccer. El calcio está obsoleto, debe pasar página, evolucionar, debe sentirse más espectáculo y menos resultado, para sí acometer verdaderos resultados. Italia, eventualmente, ha caído en su mayor error, la gerontocracia: demasiados viejos, hasta en la selección de fútbol. Ahora suenan campanas de renovación, pero quién sabe si veremos a la azzurra levantar su quinta copa del mundo… Yo sí lo espero.

Holanda. Estoy muy contento por esta selección. Se merece al menos una Copa del Mundo. Haber llegado a la final con su fútbol original y originario ha dado un toque de atención a la mayoría de las demás selecciones, cuyo fútbol ha pecado de excesivamente resultadista por no decir prácticamente descompuesto. Holanda, como Estados Unidos, o España, o Uruguay, o Alemania, ha sido uno de los pocos equipos con una idea, su idea, la escuela holandesa. (Lástima que en la final jugase como un equipucho de Tercera Regional, regalando golpes hasta la saciedad).

Brasil. Se merece haber caído en cuartos, y por Holanda. Tiene cinco copas, y que así siga, hasta Brasil’14, donde seguro que ganará (Brasil ha ganado una copa cada decenio).

España. Lo peor: los comentaristas, periodistas y tertulianos histéricos de la meseta; Xabi Alonso, Navas, Torres, Ramos; las pocas cantadillas de Casillas. Lo mejor: la Barça Connection, Del Bosque, Camacho y sus gritos (son tan horribles que se hacen bonitos), que la roja haya llegado donde ha llegado, pues se lo merecía (y creo que se merece mucho más). Después de que Italia cayera, pensé de veras que Argentina sería una buena candidata, hasta que Alemania la barrió. Luego pensé en Alemania, pero ya empezaba a ver cómo España sacaba adelante sus partidos con ganas y cierto buen juego (aunque Xabi Alonso desentonara siempre). España ha jugado con la escuela catalana y ha ganado. Ha jugado con la perfección de la escuela holandesa y, contra los cantos de sirena de periodistas de taberna y afición más que cutre (la Gazzetta dello Sport, en un editorial cruel, tildó a la afición española de la más hortera del Mundial, solo superada por la argentina), ha sabido insuflar de humildad y modestia aquellos jugadores que precisamente no conocen estas palabras (muy pocos, por suerte). Muchos amigos tan catalanistas como yo no entienden que haya apoyado a la roja, y yo les respondo que apoyar a la roja es apoyar fútbol, una forma de jugar el fútbol, y qué más da que después desde la meseta, o desde el norte, o el sur, o las islas, o Madrid a secas, se hagan suyo un equipo en el que tres cuartas partes sean culés y/o catalanas. En este Mundial, como en la Eurocopa 2008, apoyar a la roja ha comportado también apoyar a los catalanes que han querido “representar” a su tierra, Catalunya, con la roja. Tildar a estos señores de mercenarios o, peor, de traidores, es tan irracional como las tonterías que vomitan en Intereconomía contra nosotros los catalanes. Estoy seguro que entre los catalanes de la roja se habla catalán, y que los no catalanes, por lo menos los más inteligentes, lo entienden. Que no exista una selección catalana de fútbol, cosa que anhelo, no es cuestión de estos señores que solamente saben tocar balón, sino que es cosa de políticos, quienes son los que sí deben mojarse, deben defender nuestros intereses por doquier y deben hacer siempre frente común por y para Catalunya. Tildar de populistas estas palabras, como muchos amigos tienden a hacer, es estúpido y sí verdaderamente populista. Por otra parte, la afición marrullera de la roja, alimentada por los medios de comunicación de aquí y de allí, ha sido, otra vez, un buen escaparate del nivel educativo de España (también de Catalunya, que ofrece un nivel educativo muy por debajo de lo recomendado y exigido por la Unión Europea). Además, ahora que España ha ganado y es campeona por justicia, la histeria mediática será más cavernícola que nunca, sobre todo intentando darle legitimidad madridista a un equipo que, sin el alma blaugrana, no hubiese hecho casi nada (y si no, tiremos de hemeroteca y veamos qué hemos hecho en el pasado: la maldición de octavos y cuartos). Un último inciso: san Andrés Iniesta, siempre he creído en ti. Ni Forlán ni leches, eres tú el que se debía llevar el Balón de Oro del Campeonato.

Argentina. Oh, Diego, por Ti, ¿qué hiciste? ¿Por qué tanta gitanería? Como siempre, Diego, vos sos un D10S, sobre todo en tu faceta de showman (decirle a Pelé que vaya al museo y que Platini es un francés que le gusta siempre destacar por su condición de francés es, cuanto menos, genial). Pero el Diego (quien me ganó al pisarle un pie con la rueda del coche a un periodista y gritarle: ¡Pero qué boludo que sós! ¿Por qué ponés el pie debajo de la rueda, viejo?) no ha sabido formar un equipo de fútbol con tantas individualidades (suena a tópico, lo sé). El ruido de los argentinos, aficionados aguerridos, después terminó por crear el estruendo de la caída de su selección (que no se merecía perder por tanto, pero su caída era lógica). Si Argentina (Argentina como país, como idea, como nacionalidad, como savoir faire, como selección, como algo, como todo) se calmase, pensase, rumiase, razonase un poco más de lo que ya razona, sería imparable. Lástima que Argentina tenga alma de artista y se entregue tanto a las pasiones y tan poco a las razones.

Alemania. Löw es un gran entrenador, parece un típico snob berlinés, aunque metido en un banquillo de fútbol. Y su selección me recuerda a la francesa del ’98. Esperemos que en el futuro no caiga en el mismo conflicto racial que ha emponzoñado a Francia.

2 comentarios:

..luchito** dijo...

jajajaja, me gustó mucho tu comentario, aunque no puedo dejar de criticarte por algunas cosas que no coincido y felicitarte por algunas cosas que sí lo hago.

Es verdad, este mundial no fue lo que se esperaba. Se esperaba más de Argentina, Brasil, Inglaterra, Francia e Italia, así que el 6 me parece más que merecido.

Árbitros: Yo no sé si se debe a una necesidad de protagonismo o a su tremenda humanidad pero los árbitros se confunden y mucho. Mi solución no es humillarlos (como bien explicas vos) expulsándolos del torneo o sustituyéndolos por una máquina. Yo soy partidario de agregar un árbitro más en cada partido. Si el árbitro sólo tuviera que correr hasta el medio campo, siempre estaría más cerca de cada jugada.

La Jabulani y la FIFA: dan pena...

Italia: me parece perfecto que hayas razonado y hayas dicho que el modelo que presenta italia mundial tras mundial esté agotado. Lo que no entiendo es lo de la escuela catalana??? Para crear una escuela de futbol es necesario años de trabajo. Holanda lleva más de 40 años jugando de la misma manera (sin contar la final de ayer que se dedico a pegar) e Italia también lleva 40 años jugando así. Yo creo que lo de la escuela catalana (jaja) no sería posible de acá a unos años porque no habrá ni xavi's ni iniesta's ni busquet's ni puyol's etc...En el caso de FCB, guardiola aprendió y se empapo de escuela holandesa.

Brasil'14: si fuera vos, no estaría tan seguro de que ganarán los brasileros eh

España: Lamento no coincidir aquí, pero creo que en lo mejor de españa no entra del bosque. O se lo critica o se lo ama. Todo no se puede. Yo siempre dije que del bosque es el tio con más suerte de toda España. Se encontró un equipo ya armado, con una idea establecida y con un hambre de títulos increíble. Él sólo se tuvo que preocupar de no tocar nada.
Por otro lado, el sábado hubo una manifestación donde se salió a la calle con banderas de catalunya y donde se mostró el orgullo de ser catalán...y justamente el domingo, pasa lo mismo pero con españa...Yo tengo un lío en la cabeza...me siento un guiri totalmente...

Argentina: (mi punto débil). Me gusto tu conclusión y coincido totalmente, pero también te digo que el argentino, si deja de lado sus pasiones, deja de ser argentino. El problema de nuestro país pasa por la organización interna. Los pobres jugadores se dejan el alma corriendo dentro del campo, mientras desde los palcos se esta firmando su sentencia de muerte. El día que se comience a pensar en la gente y en el futbol y se deje de pensar en el dinero, Argentina volverá al olimpo del futbol...

Un saludo grande vittorio!

Massimo dijo...

Antes que nada, agradecerte el haberte pasado por aquí. Y sobre todo me alegro que hayas entendido la poca guasa que tiene el post.

Una apreciación: la escuela catalana de fútbol es sinónimo de "paradigma Guardiola". Éste es, simplemente, la guinda de un pastel: la escuela holandesa de fútbol, novela escrita por Cruyff y cuyo prólogo lo originó Rinus Michels. Digamos que el Barça, o la escuela catalana del fútbol, o el paradigma Guardiola, son el epílogo del best-seller que ha ganado este Mundial 2010, el doblete 2006, el sextete 2009 y la Liga de los 99 puntos de 2009-10... El fútbol, en este caso, es una historia en línea.

La escuela holandesa del soccer, además, nació con el nombre de "fútbol total" de Michels: el toque técnico entre todos los jugadores, bien posicionados, para crear jugadas hacia el ataque. Y para ello, como más tarde complementaron primero Menotti y luego Cruyff, hay que buscar la pelota para poseerla (Menotti), presionando siempre al rival (Cruyff) y así controlar primero el ritmo de la misma y por tanto el del partido (Guardiola).

Yo también pienso que Del Bosque ha sido un suertudo de cojones: ¡pero qué suertudo, joder! Al menos hay alguien en la meseta que tiene suerte, ¿no?

Y para terminar, decirte que mi opinión sobre Argentina es muy catalana: os falta "seny", es cierto, pero a nosotros muchísima "rauxa" (más que la que se vio en la mani del 10 de julio).

Un saludo, Lucho!!