martes, 1 de junio de 2010

Hartazgo

Estas son palabras escritas desde el enfado, la desilusión, el cabreo más desesperanzado, la rabia, casi la ira, casi el odio; el sumo hartazgo a un sistema de Cosas en la ciudad de Barcelona que no hace más que alimentar este hartazgo tan irracional e instintivo. Estas son palabras escritas desde las emociones y los sentidos de dicho hartazgo irracional.

Los ciudadanos de Barcelona deberíamos aprender de los franceses.

En Francia, cuando algo no va bien, cuando algo no les gusta a sus ciudadanos, éstos queman coches, hacen revueltas, la lían parda, se revolucionan, causan destrozos que simbolizan su histeria hacia su clase política. Nosotros los catalanes, apocados, tranquilos, pacientes, trabajadores, ahorradores… debemos aprender de los franceses o de nuestros antepasados, igualmente catalanes: debemos revolucionar Barcelona y sepultarla en una nueva Semana Trágica para el Siglo XXI. Debemos cortarles la cabeza a todos nuestros políticos y clavarla en estacas, y éstas clavarlas en la Diagonal, una tras otra, sangrantes y símbolos de nuestro hartazgo.

No es de recibo que un Ayuntamiento posea una propia administración pública (local) que se gaste dinerales aparentemente inexistentes en un bodrio pseudodemocrático como el autorretratado “referéndum de la Diagonal”. Primero no se quisieron publicitar las otras opciones, luego se englobaron todas en la Opción “Ninguna de las dos anteriores” (denominadas A para “opción bulevar” y B para “opción rambla”), más tarde no funcionó el sistema de votación, después el alcalde y sus camaradas quisieron que estas deficiencias tan normales en un país hispano no se publicitaran ni publicaran, finalmente dicho referéndum ha supuesto un fracaso enorme para el Ayuntamiento, capitaneado por un alcalde seguramente corrupto como lo son todos sus tenientes y allegados. Debemos cortarles la cabeza a los políticos corruptos de esta metrópolis, con cuchillos de cocina y dejando regueros tremendos de sangre por toda la plaza Sant Jaume. Los siguientes serían los honorables del Palacio de enfrente.

No es de recibo que la ya mal pagada, corrupta y corruptora, malmandada y mal gestionada Guardia Urbana de esta urbe se haya convertido en una organización de cobradores del Frac sin endeudados: por cada pequeña, la más ínfima, infracción que pueda hacer un particular, a éste se le interpone una multa. Antes no había multas. Antes todos podían mear, cagar, desnudarse, hacer fechorías por la calle sin que una regulación les parara tales voluntades. Hasta que el Partido Soviético de Catalunya, treinta años gobernando su capital, vio que se les iba de las manos la fachada cool de la ciudad y decidieron cortar por lo malo (antes que por lo sano) con una serie de ordenanzas ineficaces e ineficientes que aún hoy sirven solamente como un reglamento de hacienda pública. No se trata de reeducar o de rehabilitar delincuentes, no se trata de apartar a los criminales para proteger a la ciudadanía. Se trata de imponer coactivamente la necesidad del Ayuntamiento de engrosar un propio Tesoro deficitario, corrupto. Deberíamos quemar el palacio del Ayuntamiento y colgar al delegado del Gobierno central en el balcón principal. Los ciudadanos debemos castigar a nuestros representantes para darnos cuenta que hasta nosotros, los representados, somos corruptos: porque dejamos que los corruptos que nos representan sigan en sus cargos. Debemos sacrificar a nuestros representantes, a todos, para expiar nuestras culpas. No debemos dejar un solo político con cabeza.

No es de recibo que ninguno de nuestros políticos presente la más mínima pulcritud moral con y hacia sus representados. Si el alcalde es un rechoncho y sudoroso monigote en manos de la ineficiencia hecha política (léase ICV-EUiA, un partido que impone una imagen dictatorial sobre lo que debe ser considerado progre, cool, guay y chuli, un partido que ha impuesto la dictadura de lo políticamente correcto en todas las vertientes de la sociedad para que desde los poderes públicos se pueda controlar mejor a la misma desde los medios de comunicación, corruptos y que han vendido sus almas periodísticas al diablo, un partido heredero del comunismo más totalitario y que monopoliza el neodenominado ecologismo), si el alcalde de la ciudad es un pobre ser, típico hombre de partido, descolgado de la ciudadanía, aislado en y por la voluntad de las ideas del Partido Soviético de Catalunya, el principal jefe de la oposición de la política barcelonesa es un hombre mayor, de mucha experiencia política del pasado pero sin la voluntad de cambiar en el futuro, en resumen un hombre sin futuros, acompañado por un exponente del partido ademocrático del tradicionalismo conservador más recalcitrantemente españolista cazurro y de un traidorzuelo más de tres al cuarto que se presenta como jefe de lista de un partido que anhela la independencia de la nación catalana pero que a la mínima abandona sus ideales más básicos para agarrar, ni que sea por unas semanas, el Poder. Todos ellos deben perder sus cabezas y ser exhibidas al mundo entero. Que vean nuestro hartazgo.

No es de recibo que las empresas públicas de la ciudad se corrompan con tanta facilidad. Corrupción moral, económica y social. Finalmente, política. Por ejemplo, no es de recibo que en estos momentos de crisis los sindicatos del taxi sean tan poderosos, con unos taxistas cada vez más desbocados e irrespetuosos; no es de recibo que éstos no sean bien representados ante el Ayuntamiento y que éste los trate con indiferencia; no es de recibo que tal colectivo lo pague con la ciudadanía; no es de recibo que estos trabajadores contratados se conviertan, en la práctica, en funcionarios. No debemos cortarles la cabeza a éstos, sino que debemos utilizar sus coches amarillo y negro para cercar el barrio viejo y crear barricadas. Su hartazgo nos vendría de ayuda, como el de los demás trabajadores del ramo (conductores de metro, tram, bus) y sus medios.

No es de recibo que los funcionarios municipales se conviertan en seres antipáticos y maleducados e ineficaces. Debemos cortar la cabeza de un centenar y enviarla por correo urgente al Ministerio de Administraciones Públicas. Saldrán los tanques y se desplegará la Legión, pero nos comeremos sus cabras.

Ya veo la manifestación del hartazgo. Todos llevamos antorchas por las principales calles de Barcelona. Desde la Gran Vía, desde la Diagonal, desde el paseo de Gracia, desde todas las rondas, desde la Meridiana, marchamos hacia la plaza de los poderes nacional y ciudadano y la quemamos. Ceniza. Buscamos a nuestros políticos, casa por casa, y les cortamos sus cabezas, nos manchamos de sangre, nos ensuciamos la ética, nuestras almas dejarán de ser las mismas, pero nuestras estacas con aquellas cabezas clavadas simbolizarán nuestro hartazgo hacia nosotros mismos, simbolizarán nuestra vuelta, los ciudadanos de esta ciudad volverán a ser ellos mismos. Pero antes debemos cortarles la cabeza a nuestros políticos y que el mundo entero vea cómo el hartazgo se vuelve locura.

3 comentarios:

quiquepim dijo...

qué dirían los niños de África si pudieran llegar a los 23 años...!!!

yo, argentino, leo esto y me parece que vives en el peor inframundo y diría: POBRECITO...

es de verdad para tanto? yo pienso que no!

salud

..luchito** dijo...

jajaja, esto sólo podía venir de vos, querido amigo.

Acá coincido con quique...que dirían los niños de África, entonces???

Igualmente, a pesar de que tu comentario parezca tan sangriento y apocalíptico, yo sí le encuentro un punto de sensatez.

Como ya te he dicho alguna vez, me llama mucho la atención, que con la situación que estamos viviendo, la gente no salga a la calle a protestar y a alzar su voz.

Ya deberíamos haberlo hecho.


Te mando un abrazo grande, amigo!!


Cuidate, y alejate de los cuchillos de cocina...

Massimo dijo...

Queridos argentinamigos,

Lucho tiene razón. El punto del post es el siguiente: ¿por qué no hemos montado la de Dios es verde si desde las elites (verdaderas creadoras de esta crisis sistémica de todo el Orden de Cosas que nos envuelve) se nos ha engañado, se nos ha acallado con caramelos, se nos ha tratado de tontos, se nos ha embaucado?

Además,los negritos de África tienen machetes y los saben utilizar muy bien. Deberíamos aprender de ellos, ¿no?

Un abrazo,
el boludo de la reconcha de su má(ssimo)

PS: o por lo menos salir con cacerolas por la calle tal y como pasó en Buenos Aires en 2001.